La terapia manual es el tratamiento aplicado mediante las manos.

Las manos de los fisioterapeutas son nuestra mejor herramienta tanto diagnóstica, como de tratamiento, puesto que son expertas en recibir información a través del tacto y la palpación.

La información recibida sobre la temperatura, la elasticidad, la textura, la movilidad… será interpretada gracias a los conocimientos de anatomía, fisiología y patología, para después aplicar el tratamiento adecuado.

Entendemos a cada persona como única e indivisible, por ello, realizamos una evaluación, diagnóstico funcional y tratamiento global personalizado.

Dentro de la terapia manual, contamos con múltiples herramientas terapéuticas basadas en la evidencia científica: masaje, Kalternborn, neurodinamia, punción seca, técnicas osteopáticas, reeducación postural, inducción miofascial, técnica de Jones, Maitland, Mulligan, drenaje linfático manual, McKenzie, entre otras.

 

 

La técnica de punción seca consiste en la introducción de una aguja en el cuerpo a través de la piel, sin inyectar ni extraer sustancia o fluido alguno, utilizando solo el estímulo mecánico de la aguja de acupuntura y los efectos que dicho estímulo provoca con el objetivo de tratar diferentes patologías. A esta técnica cada vez se le van descubriendo más indicaciones, pero hasta el momento es más conocida en el tratamiento del síndrome de dolor miofascial.

Se define el síndrome de dolor miofascial como el conjunto de síntomas y signos causados por los puntos gatillo miofasciales. Un punto gatillo miofascial se define como un punto sensible a la palpación situado en una banda tensa de fibras musculares, que al tocarlo manifiesta dolor, pudiendo además dar lugar a otros síntomas o signos, como dolor referido, trastornos del movimiento por inhibición, falta de fuerza, limitación del movimiento, etc. En la actualidad la teoría más aceptada sobre los puntos gatillo miofasciales es que se tratan de pequeñas contracturas causadas por disfunciones de las placas motoras, allí donde se une el nervio con la fibra muscular, capaces de generar más tensión del grupo de fibras musculares en la que se encuentran.

Los puntos gatillo miofasciales son un claro ejemplo de permanencia en el tiempo, independientemente de que las causa o causas que los originan hayan desaparecido. Esto complica la tarea de inactivarlos o eliminarlos y explica que las técnicas de punción seca sean más eficaces que otros tratamientos conservadores. Esta tendencia a la permanencia justifica la estrategia de tratamiento del síndrome del dolor miofascial que debería de constar de dos fases: una fase en la que se intenta controlar el dolor que producen los puntos gatillo miofasciales relevantes para ese síndrome de dolor miofascial, y otra fase en la que se intentan controlar y eliminar todos los posibles factores causantes y perpetuadores de los puntos gatillo miofasciales.

Por ser una técnica invasiva para el organismo, se debe de realizar con las garantías de asepsia posibles: aguja de uso único y desechable, limpieza de la piel en la zona a tratar, uso de guantes por parte del profesional, etc. La dificultad de la técnica no reside en la ejecución, sino en la palpación e identificación de las estructuras circundantes al tejido, ya que en la trayectoria de la aguja se puede atravesar otras estructuras que no nos interesan como vasos sanguíneos o la periferia de algún nervio.

Una vez localizado el punto gatillo con la mayor precisión posible, la técnica consistirá en insertar la aguja hasta atravesarlo, con la intención de provocar respuestas de espasmo local, una contracción de la fibra muscular en la que se ha introducido la aguja.Se realizan entrada y salida con la aguja sobre el punto gatillo de forma vigorosa hasta tratar de agotar estas contracciones de la fibra muscular o, evidentemente, hasta la tolerancia del paciente.

El tratamiento deja una molestia posterior al tratamiento que no excede más allá de las 24-48 horas después de su aplicación. La sensación se asemeja a las agujetas, y para disminuir en lo posible, tras la realización del tratamiento se realizan diferentes estrategias de estiramiento de las musculatura abordada, combinadas con aplicación de frio, corrientes de tipo TENS, aplicación de INDIBA® previo y/o posterior al tratamiento, etc.