La fibromialgia es una de las patologías que más controversia ha tenido en los últimos años, ya que se desconocen los mecanismos causales que la provocan. Al desconocerse la etiopatogenia y considerarse multifactorial, resulta complicado el tratamiento de las personas que la padecen.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) reconoce a la fibromialgia como una patología reumática y crónica, de origen desconocido, que se caracteriza por  dolor músculo-esquelético generalizado, con presencia de puntos dolorosos y sensibles en todo el cuerpo, acompañados de rigidez variable (más por la mañana). Ésta enfermedad generalmente coexiste con otras afecciones  como: cansancio, fatiga, insomnio, sensación de hinchazón, colon irritable, cefaleas, parestesias, depresión, ansiedad, disfunciones sexuales o hipocondría.

Actualmente, se acepta que el tratamiento debe ser multidisciplinar, y una de las áreas más importantes es la fisioterapia. Nuestras herramientas terapéuticas ofrecen a los pacientes el alivio de sus síntomas, existiendo una gran variedad de tratamientos a aplicar, en función de su grado de dolor y su estado físico general.

Algunos investigadores creen que,  determinados estímulos repetitivos al sistema nervioso provoca cambios en el cerebro de las personas que padecen fibromialgia. Y éste cambio está relacionado con un aumento anormal de los niveles de ciertas sustancias químicas en el cerebro que transmiten señales de dolor. Si bien es difícil determinar el estímulo desencadenante de una crisis de fibromialgia, hay evidencia que el aumento de los períodos de estrés emocional o físico pueden provocarlo, al igual que la falta de sueño o dificultades para dormir.

Como en otro tipo de enfermedades crónicas, la fisioterapia contempla la posibilidad de realizar tratamientos de forma individual o grupal, habitualmente la combinación de ambos da excelentes resultados. Recordar que recomendar mantener reposo no siempre ayuda a disminuir el dolor (aunque existen excepciones), la actividad física produce cambios saludables para los tejidos. Las diferentes técnicas o herramientas que se pueden utilizar son:

  • Masoterapia
  • Electroterapia
  • Ejercicio físico dentro del agua
  • Pilates
  • Terapia manual
  • Terapia Miofascial

 

Dado que la fibromialgia produce dolores musculo-esqueléticos es muy importante que los pacientes reciban una adecuada educación con respecto a hábitos posturales y gestión del dolor.

Además, teniendo en cuenta que es una enfermedad crónica y que conlleva a la necesidad de un tratamiento continuado, es importante ofrecerle a los pacientes las indicaciones necesarias sobre el uso de algunos agentes físicos que estén a su alcance, integrándolos en sus rutinas diarias, consiguiendo así un control sobre los síntomas, con el objetivo de mejorar su calidad de vida.