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CUANDO ACUDIR AL FISIOTERAPEUTA

Actualmente la mayoría de las personas solemos pasar muchas horas en la misma postura, bien sea por trabajo, por estudios o por ocio.

Los músculos encargados de fijar estas posturas tienden al acortamiento y a la rigidez y en consecuencia a la compresión articular y la deformación morfológica. En estas condiciones las articulaciones tienen una mala mecánica.

Cuando la mecánica articular no es la óptima favorece la lesión, el desgaste y la aparición de dolor de origen muscular, ligamentario, discal y articular. Para evitar el dolor nuestro cuerpo adopta posturas antiálgicas y estas a medio largo plazo serán las responsables de la aparición de nuevas lesiones.

Por ello, el mejor momento para acudir al fisioterapeuta no es cuando aparece el dolor, sino cuando uno empieza a notar que tiene los hombros cargados, como si llevaras una mochila pesada; cuando al levantarnos tras estar sentados o agachados sentimos en la cintura como si tuviéramos que levantar un pero extra; cuando se nota cansancio en los brazos o piernas y no mejoran con el descanso o si por las circunstancias no puedes bajar el ritmo (personas a tu cargo, momento de la temporada deportiva, carga de trabajo…)

Los fisioterapeutas tenemos métodos que favorecen la normalización del tono de la musculatura estática, evitando su acortamiento y la compresión articular, preservando una mecánica óptima para que nuestro cuerpo está preparado para responder a las exigencias que supone vivir a este ritmo de vida tan elevado durante todo el año, sin necesidad de pasar por periodos de malestar, dolor e incapacidad.

Las visitas periódicas al fisioterapeuta favorecen el bienestar a lo largo de todo el año y contribuye a la prevención de lesiones.