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IMPORTANCIA DE LA COLUMNA VERTEBRAL EN LA REEDUCACIÓN DEL MOVIMIENTO
La estructura de la columna vertebral asegura tres características fundamentales para su función. Por un lado, a través de las vertebras otorga rigidez para soportar cargas axiales, al mismo tiempo que protege a las estructuras del sistema nervioso (médula , meninges y raíces nerviosos) y otorga una adecuada movilidad y flexibilidad para los principales movimientos del tronco y de las extremidades.
La existencia de curvas raquídeas aumenta la resistencia del raquis a las fuerzas de compresión axial y genera mayor estabilidad.
Desde un punto de vista técnico, la disposición fisiológica de sus curvas es importante para su óptima función porque, según Kapandli, la ingeniería ha demostrado que la resistencia de una columna es proporcional al cuadrado del número de curvaturas más uno (R=N2+1). En el caso de una columna con 3 curvas móviles como es el caso de la columna vertebral con sus lordosis cervical y lumbar y su cifosis torácica, su resistencia es 10 veces mayor que la de una columna rectilínea.
Resistencia mecánica del raquis (Kapandli, 1981)
Ante una patología de espalda que conlleve a una rectificación, debemos saber que el raquis tiene la resistencia disminuida.
La estabilidad de la columna vertebral esta condicionada por la morfología de las estructuras óseas, la funcionalidad de los discos intervertebrales, los ligamentos y el acondicionamiento de la musculatura integrada al control neurológico, permitiendo así el mantenimiento del equilibrio postural. Cuando se produce una alteración en cualquiera de estos elementos, las condiciones estáticas cambian, provocando que los movimientos realizados por el raquis comiencen a ser perjudiciales para la propia columna. Para evitar esto, se ponen en marcha mecanismos de compensación provocando cambios que pueden llegar a modificar dichas curvas, desorganizando así, todo el sistema.
Panjabi, en 1992, definió que la estabilidad vertebral dependía de 3 subsistemas. El sistema pasivo, haciendo referencia a las estructuras óseo ligamentosa, el sistema activo, dependiente de los músculos y sus fascias y el tercer subsistema, el control motor. Así, una articulación puede mantenerse en su zona neutral, que implica una alineación postural con mínimo gasto energético muscular y sin sobrecargas de estructuras pasivas.
Estudios más actuales, le agregan a estos 3 subsistemas uno más, que no debería dejarse a un lado cuando hablamos de especie humana, y es el estado emocional, que sin lugar a dudas influye en el control postural y del movimiento.
Estos 4 subsistemas deberíamos trabajarlos interconectados entre si para optimizar la función. Tener en cuenta que los movimientos que realizamos con el cuerpo son tridimensionales y globales. La base solida para su ejecución debería ser una correcta postura y el entrenamiento neuromuscular adecuado.